¿Hemos estado siendo demasiado tecnooptimistas?

¿Crees que la tecnología nos llevará a un futuro en el que todos los problemas del ser humano estén resueltos?

¿Has notado durante estos últimos años que hemos puesto una confianza muy grande en todo lo que nos ofrece la tecnología?

En estos momentos, las redes sociales que nos permitieron reencontrarnos con amigos y  familiares o encontrar trabajo y ver el trabajo de otros, los autos eléctricos, los cohetes de Space X y los móviles, cada vez más pequeños y potentes, nos han hecho pensar que el futuro nos aguarda lleno de soluciones a los grandes problemas de la humanidad.

Nosotros no negamos esto y seguramente tú tampoco, eso debería hacerte pensar que tienes un «alma tecnooptimista».

En resumen, los tecnooptimistas son, precisamente, personas que afirman que la tecnología nos dará, no solo un mejor presente, sino que nos asegura un gran futuro. Y con todo lo que estamos viendo que podemos conseguir a través de la tecnología actualmente, esto no es para nada una idea descabellada, ¿o sí?

El perfil de una persona tecnooptimista:

  • En primer lugar, la persona tecnooptimista considera que la tecnología ha influido directamente en la mejora de la calidad de vida de la sociedad en general.
  • Piensan que gracias al uso de la tecnología, las personas tienen mejores condiciones de vida.
  • Considera que la tecnología permite reducir los costos, mejorar la medicina y sustituir muchos de los trabajos manuales.
  • Por último, creen que la tecnología no destruirá empleos, sino que impulsará una transformación digital de las tareas rutinarias, dando nuevas oportunidades a las personas en un futuro cercano.

¿Has hecho check a toda la lista? Eres, sin duda, un tecnooptimista en todo regla.

El tecnooptimismo no es una nueva moda

La primera vez que se escuchó el término tecnooptimismo fue a principios de los 2000, debido a que en ese momento grandes cambios en la manera de hacer las cosas le seguían a cada descubrimiento tecnológico.

Se consolidaba el uso de internet, haciendo más fácil la vida de todos al dar acceso online a servicios bancarios y de correo. De igual forma, comenzaba el auge de las redes sociales, y poder reencontrarnos con personas del pasado y mantenernos en contacto fue algo increíble. Aunque ya gozabamos de otras tecnologías cómo Skype o MSN, esta era una nueva forma de comunicarnos.

Nos fuimos acostumbrando y, durante un largo tiempo, creímos erróneamente que no avanzábamos demasiado rápido o por lo menos no como veníamos haciéndolo, lo que nos dio la sensación de estar estancados.

El tecnooptimismo ha resurgido en estos últimos años

Pero ahora hemos visto como la tecnología no solo nos ha servido para resolver problemas cotidianos o de índole comunicacional, sino que también ha hecho gala de un despliegue de soluciones en la medicina, el medio ambiente, la agricultura y todo lo que tiene que ver con el sector industrial.

Además, quienes esperamos que se solucionen los problemas de la salud como el cáncer, el VIH o el Alzheimer confiamos en la tecnología.

Ni hablar de los viajes a otros planetas del sistema solar o el sondeo del universo, cosas que ya nos parecen posibles gracias a la tecnología y a la publicidad tan optimista con la que se promocionan estos avances tecnológicos.

Todo esto ha creado una nueva ola de tecnooptimismo y algunos volvemos a sentir que todo es posible si pensamos en tecnología.

Pero no todo es color de rosas, ya que si bien es cierto que podemos conseguir grandes avances y soluciones, existe una brecha tecnológica que puede resultar difícil de superar para muchos, lo que convierte a cada avance tecnológico en un nuevo reto para una parte numerosa de la población.

Esto no quiere decir que la brecha tecnológica sea un problema sin solución, solo hay que encontrar los medios para acercar a la mayor parte de la población a las bondades de la nueva tecnología.

Por otro lado, tenemos al resto de problemas, los de índole social

Los problemas como la depresión, los trastornos de ansiedad, la pobreza o los problemas de tipo religioso son los que menos provecho han sacado de los avances tecnológicos durante estos últimos años, dejando al descubierto que no todas las soluciones pasan por la tecnología.

Sobre todo, tenemos que saber que no hay que ser demasiado tecnooptimistas

«La utopía tecnológica defiende que, gracias a la tecnología, la humanidad acabará por alcanzar un ideal de vida en el que desaparezcan los problemas que hoy la limitan. Estas condiciones ideales incluyen un estado de abundancia en el que –según estos pensadores- desaparecerían también los problemas sociales. Sería también posible diseñar máquinas conscientes y comunicarnos de manera eficiente con ellas. Además, las tecnologías de la vida podrían vencer la enfermedad y retrasar el envejecimiento: en su versión más extrema, el tecnooptimismo promete vencer también la muerte misma». 

En el siguiente video encontrarás una ponencia que revisa las principales promesas del tecnooptimismo y sus implicaciones, señalando las limitaciones de sus supuestos y la necesidad de reflexión para guiar y controlar los desarrollos tecnológicos futuros.

Universidad de Navarra. España.

Para finalizar, hay que puntualizar que esperamos grandes avances y grandes soluciones por parte de la tecnología, por supuesto, pero debemos ser más comedidos en cuanto a aquello que de verdad está en nuestras manos como humanidad.

¿Tú qué opinas? Déjanos saber en los comentarios si eres o no un tecnooptimista. 

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