Probablemente, habrás visto alguna película sobre robots en las que estos tienen como finalidad destruir a la raza humana o al mundo entero, y para ello tienen de su lado una enorme cantidad de energía, fuerza sobrehumana y la incapacidad de sentir dolor. Sin embargo, esto último puede estar a punto de cambiar, por lo menos, en la vida real.
Ingenieros de la Universidad de Glasgow (Escocia) están tratando de incorporar en robots la sensación de dolor, o por lo menos algo que le permitiría a los robots adquirir conocimientos a partir de estímulos provenientes del medio ambiente.
«El desarrollo de esta nueva forma de piel electrónica no implica realmente infligir dolor tal y como lo conocemos; es simplemente una forma abreviada de explicar el proceso de aprendizaje a partir de estímulos externos».
¿Cómo se creó esta piel electrónica?
Este diseño es bastante simple, pero innovador. Además, traerá nuevas posibilidades a la robótica, junto a los demás tipos de sensores que ya existen.
Esta nueva tecnología cuenta con una retícula de 168 transistores sinápticos hechos con nanocables de óxido de zinc sobre un plástico flexible que es capaz de detectar la presión ejercida sobre el «trozo de piel» y evaluar la cantidad de fuerza aplicada sobre esta para determinar si se trata o no de un estímulo doloroso.
«Es simplemente una forma abreviada de explicar el proceso de aprendizaje a partir de estímulos externos», comenta Ravinder Dahiya, del Grupo de Tecnologías de Sensores y Electrónica Plegable (BEST) de la Universidad de Glasgow.
El estudio, publicado en la revista Science Robotics, define esta piel artificial como un sistema de procesamiento basado en «transistores sinápticos» que copian las vías neuronales que el cerebro usa para aprender.
¿Cuál es la utilidad de la piel para robots que es capaz de percibir dolor?
Según comentan los desarrolladores del proyecto, esta piel podría servir para crear una nueva generación de robots que cuenten con sensibilidad dérmica que les permita diferenciar entre estímulos dolorosos y no dolorosos.
Esto, a su vez, se traduce en robots que son capaces de retirarse del peligro o anticiparse a una situación que juzguen peligrosa, tal como lo hacen los seres humanos.
No cabe duda de que la robótica y la IA siguen avanzando y de que pronto podremos disfrutar de más de los beneficios que ofrecen estas tecnologías.
Déjanos saber en comentarios tú qué opinas acerca de esta nueva tecnología y qué utilidad crees que pueda tener en la vida diaria.
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