
4 de abril del año 2022, y el mundo ha enfocado toda su atención en una desafortunada cachetada propinada a Chris Rock durante la gala de los premios Óscar del mismo año.
Mientras esto sucedía, la comunidad científica y tech celebraba que el Telescopio Espacial Hubble había detectado a la estrella más distante jamás observada, la cual fue bautizada Earendel y cuya luz tuvo que viajar durante 12.900 millones de años para llegar hasta nosotros.
El descubrimiento de la estrella más lejana (Earendel), fue publicado en la prestigiosa revista científica Nature.
«Al principio, casi no lo creíamos», dijo Brian Welch, el autor principal del estudio.
Fue el mismo quien tuvo el privilegio de nombrar a la nueva estrella. Su nombre, Earendel, significa «estrella de la mañana» en inglés antiguo.
El nombre de la estrella es un homenaje al poema El viaje de Earendel, la estrella vespertina, escrito en el año 1914 por John R. R. Tolkien, autor de El señor de los anillos, según ha explicado el CSIC.
Una de las características más fascinantes de Earendel es que, «existía hace tanto tiempo que podría no haber estado compuesta por las mismas materias primas que las estrellas que nos rodean hoy», según explicó el investigador.
Por qué es tan interesante el descubrimiento Earendel, la estrella más lejana observada hasta ahora
De acuerdo con la NASA, esta estrella registra un tamaño 50 veces superior al Sol, y una temperatura de 20.000 grados. Además, su existencia data de hace al menos 900 millones de años tras la gran explosión, Bing Bang. Esto representa el 30% de la edad actual de universo.
Nunca antes se había tenido la oportunidad de observar el universo en sus “momentos iniciales”.
«Estudiar Earendel proporcionará una ventana a un período del Universo con el que no estamos familiarizados, pero que condujo a todo lo que conocemos hoy».
Brian Welch
En el pasado, las estrellas primordiales (forjadas poco después del Big Bang: hidrógeno, helio y pequeñas cantidades de litio) habían resultado esquivas para los científicos, pero ahora podrían ser detectadas mediante lentes gravitacionales de gran aumento, como sucedió en el caso de Earendel.
Los científicos coinciden en que este astro ha vivido poco tiempo, unos 100 millones de años, mucho menos que otras estrellas (como nuestro sol), que viven 100 veces más.
Al parecer, es el principio de nuevos descubrimientos.